Columna: Psico Digital
Por: Hegel Rivera
Pasante de Psicología perteneciente a la Sociedad de Psicólogas y Psicólogos de México. Creador de Neuropsitio.
Los cambios cansan, si no se acepta que cada momento es una oportunidad para cambiar.
El dicho dice que Roma no se construyó en un día. La motivación al iniciar un proyecto debe ser enorme, de no ser así, una gran idea puede acabar en un sueño inconcluso. Resulta muy lógico que quien gana la guerra también gana una oportunidad para escribir como venció. Bajo esa perspectiva es importante considerar y recordar la Dictadura Perfecta priísta vivida en México durante décadas. Cuando la sociedad vio una oportunidad iniciando el nuevo milenio, no tuvo dudas y le creyó a la alianza prianista.
Los pequeños niños que vieron esto, más tarde serían llamados millenials. Dicha generación, al lado de los pocos centenials votantes, así como los de la Generación X y boomers que han buscado un cambio y han estado oprimidos por años, hemos sido los encargados de avivar esa llama que iniciaron los primeros en sacar al PRI de su continuidad en el poder. El actual presidente cuenta con algo que el último expresidente moralmente apto para declararse victorioso en su proceso electoral (Fox) no tuvo: Mayoría en las Cámaras. Ese es el aprendizaje que la generación en proceso de jubilación enseñó a la generación que ahora apenas puede soñar con el derecho a la jubilación.
El cuerpo tiene un límite, tarde o temprano se cansa pues desde que nacemos comenzamos a envejecer. Muchos que creyeron en el cambio panista alargaron un estado de estrés sostenido, acelerando el proceso de envejecimiento. Mucha gente está cansada de los cambios sociales, sumado al bombardeo de odio hacia una sola de ellas (entre tantas personas) que las televisoras vendieron por lustros. Lo más importante para esta mayoría histórica en las Cámaras es que haya un cambio. Si dio resultados o no, es un resultado que se va midiendo con el pasar de tiempo.
Cambios a través del tiempo.
Santiago Ramón y Cajal fue el primer neurocientífico en observar las neuronas, ¿Quién lo podía apoyar? Evidentemente todos se burlaron en un principio. Países Bajos se pensaba que sería una sociedad perdida al aceptar la venta de mariguana en coffee shops, ni hablar de Mujica en Uruguay al ser el primer antecedente de un Estado que legaliza el usó lúdico de mariguana (México es el quinto), ahora hasta E.U. busca subirse al tren de los porros. En el caso de López Obrador, pasó décadas escuchando que jamás llegaría a la presidencia y miren donde está.
El primer antecedente parece carecer de importancia, en especial para quienes lo ven nacer. Por eso el PRIAN y su maquinaria de lavado de cerebros mediática piensa que pasará a la historia como el partido que llevó a México a la civilización. No sorprendería escucharlos argumentar que con López Obrador comenzaron los fraudes electorales puesto que fue durante su administración cuando el municipio de Tulancingo de Bravo revocó por primera vez el resultado de una elección fraudulenta que “ganó una vez más” un priísta. Como ciudadanos debemos enseñarles que a eso se le llama hecho histórico, a diferencia de las verdades históricas a las que están acostumbrados.
Los conservadores odian que salgan a la luz pública los problemas porque así se corrige y cambia la relación parasitaria que suelen tener con el resto de la sociedad. Hablar de un problema no lo agudiza, sino que lo visibiliza y ese es el pavor de conservar.
Los cambios cansan, si no se acepta que cada momento es una oportunidad para cambiar.
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