Columna: Psico Digital
Por: Hegel Rivera
Pasante de psicología perteneciente a la Sociedad de Psicólogas y Psicólogos de México. Con un pensamiento que abarca la neuropsicología clínica, la terapia sistémica y la psicología transpersonal. Editor y redactor en neuropsitio.
Cada día es una oportunidad para conseguir lo deseado, por ende, para cambiar el mundo. Tal vez no lo parezca pero al sumar los días a través de los años se vuelve perceptible por ejemplo, que cuando el Imperio Mexicano logró presentarse ante la sociedad y el mundo -luego de superar tantas revueltas dejadas por la Independencia, en consecuencia de una conquista de la corona española siglos atrás-, el imperio español se encontraba en un proceso de fragmentación y caída.
México inició y consumó la revolución del movimiento de Independencia con el fin de conseguir libertad desde el interior, antes que su antiguo conquistador. Puede considerarse un gran ejemplo de cómo es que, quien acepta ser víctima en un proceso de aprendizaje (alumno), genera más conocimiento que un victimario del proceso de aprendizaje (maestro) y termina por consagrarse mejor; en el mejor de los casos, la víctima supera al victimario. La corona española aún después de aceptar ser victimario, para comenzar a ser aprendiz permitió la existencia de un poder ejecutivo en el reino aunque la corona no desapareció.
En el territorio que actualmente es el tránsito entre Latinoamérica y –la parcialmente llamada-Norteamérica, México, se vive un momento muy especial al ver por primera vez en mucho tiempo a los victimarios como aprendices. La recolección de firmas para enjuiciar a los expresidentes es un ejercicio ciudadano que viene a revolucionar las viejas prácticas “feudales” que arrastramos que otorgan el poder desde las familias con “descendencia divina” hacia las comunidades mayoritarias.
España vive circunstancias similares en un proceso poco distinto. Allá no es un expresidente el acusado por prácticas económicas ilegitimas, sino que aún se trata de un Rey que abdicó por el lejano 2014. La dictadura del siglo XIX en este territorio fortaleció el sistema monárquico luego de que finalizó el franquismo, tratando de instalar un sistema puente entre el reinado y la democracia.
Los mecanismos de defensa psíquicos -como proyectar en otras personas lo que no queremos aceptar en nosotros-, son fenómenos intangibles e interesantes. Occidente piensa que el viejo continente (llamado así por factores culturales y no geológicos) cuenta con un atraso muy grande, sin percatarse que conquistar e imponer una nueva cultura solo facilita a esas colonias el acercamiento a la independencia y autonomía. Cuando una colonia se independiza luego de que exterminaron sus sistemas monárquicos, no queda más que hacer política. La política en un estado con realeza en la mayoría de los casos y así, solamente es una opción. La Dictadura Perfecta nos lo ha enseñado por la fuerza.
Llegar a la meta mínima de participación ciudadana para mostrar organización y cohesión es un gran paso para México. Paisanos con responsabilidad social e identificación en todas partes, se esforzaron por hacerse escuchar, por hacer un ejercicio cívico de la ciudadanía para la ciudadanía. Estamos frente un nuevo mundo, bastante dinámico. La sociedad mexicana, que tanto tiempo estuvo agachada, ha captado la atención desde hace poco tiempo. A pesar de que la violencia no cesa, la ciudadanía sigue apostando por la vía legal, legítima y democrática. Otra solución solo traería más problemas que soluciones, infinidad de ejemplos se pueden encontrar a través de la historia.
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